*** DIARIO ***
Punto 1295. 30 de enero, en mi aposento. "¿Por qué tenéis el hábito de ofrecerme solamente vuestras aflicciones? ¿No crees que la misma complacencia Me da el ofrecimiento de vuestras alegrías? ¡Con tal que el amor sea el mismo!"
*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
Ayer tuve una pequeña intervención quirúrgica. Aunque era un poco aparatosa, es cierto que hoy en día hay muy buenos medios y excelentes profesionales, pero aun así, los preparativos y el tiempo de recuperación generan bastantes incomodidades y no es nada agradable. De alguna manera, sea con mayor o menor dolor, esto es cruz, y ofrecida y unida a la Cruz de Cristo, nos ayuda a encontrar sentido a esa debilidad humana en la que quedó sumida nuestra naturaleza al caer en el pecado original.
Pero al margen del escenario de las cruces diarias, que por muchos motivos no nos resulta fácil ni deseable… ¿por qué no ofrecemos las buenas cosas que nos pasan, tanto bueno como ocurre a nuestro alrededor que muchas veces ni reparamos en ello? Cierto que es más difícil permanecer fiel a la Voluntad de Dios en las situaciones difíciles, pero esto no debe nunca llevarnos a pensar que las alegrías compartidas con Él no puedan serle también agradables, y que por medio de ellas no podamos contribuir con Su labor redentora…
Por cierto, la intervención de ayer tenía como objeto obtener unas muestras de tejido para su análisis. Pido oraciones para que el resultado sea bueno, soy de los que prefieren ofrecer alegrías…