***DIARIO***
Punto 874. 13 de abril. Mientras enceraba los armarios, le decía yo: "Señor, ¿será posible que salve yo un pecador por cada armario?” Él: "Salvas según la medida de tu amor y de tu confianza."
Durante la comida: "No comas por el motivo de que la comida es sabrosa. Come para obedecer el mandato que Yo puse de mantener el cuerpo en estado de servirme. Así, tú Me prepararás a Mí los alimentos, mientras Yo te preparo el Banquete del Cielo. Ese Banquete de los elegidos, que Soy Yo mismo."
*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
Dos cosas:
1) Nuestra Fe es la que marca la medida de la intervención divina. Por eso mismo los apóstoles y muchos santos a lo largo de la historia realizan milagros (es decir, obtenían de Dios una acción sobrenatural). Si entendemos esto comprenderemos el por qué algunas personas sienten inclinación a la vida consagrada, pues son plenamente conscientes de que su entrega a dicha vocación, literalmente, salva almas y obra milagros (por cierto, son inmensamente felices viviendo esta llamada en plenitud...)
2) Es lícito y legítimo disfrutar de todo lo bueno que Dios ha puesto en la vida, también la comida. Lo que busca Jesús en esta conversación es que Gabriela no pierda la dimensión sobrenatural de todos estos gozos terrenales que, debidamente ordenados, son queridos por Dios. Al igual que en una comida con amigos, el recreo de dichos manjares y la buena compañía deben ser motivo de acción de gracias.
Imagen tomada de Pixabay.
PRÓXIMA PUBLICACIÓN DEL DIARIO: 14 de abril de 2021.
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