Uno de los grandes regalos que tenemos fácilmente al alcance consiste en acercarnos a cualquier capilla cercana para adorar a Dios presente en Cuerpo y Alma en el sagrario. Este rato de intimidad con Cristo suele a veces adornarse con alguna oración comunitaria, pero la esencia del mismo consiste en la conversación íntima, sin prisas, con confianza, como cuando se habla a un amigo. Esta Hora Santa era especialmente querido por nuestra amiga Gabriela...
*** DIARIO ***
Punto 890. 9 de mayo. Hora Santa. "Hoy eres tú la que Me va a hablar. Aquí estoy viéndote y te escucho con todo Mi Corazón." Le dije: "Señor, ten piedad de mí, como yo tengo piedad de Ti." Él, como sonriendo, me dijo: “¿No crees que Yo tenga mayor compasión que tú? ¡Es lo natural! Tú te pones ante Mí para que Yo te dé cosas, y al consolar de esta manera Mi Corazón ávido de dar, Me tienes piedad. ¡Oh, hijitos Míos, dejad que os enriquezca, ofrecedme con amplitud la oportunidad de santificaros! Sin Mí nada podéis; pero dadme la mano, dedicadme una mirada muy simple y muy confiada. Pensad: 'El es tan grande... puede cuanto quiere y es mi Padre y mi Amigo.' ¿Entonces?
Pide al Padre que Yo viva en las almas (y no sería “vivir” si no se ocuparan de Mí dentro de ellas...) Qué bueno sería estar en ellas como un Huésped, como el más querido de todos los huéspedes; aquel a Quien se rodea de delicadezas sabiendo que toda atención mínima conmueve Su gran Delicadeza; y que tan así es a menudo Su Pobreza, que cualquier limosna insignificante Lo hiere de amor."
*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
Él se ha hecho hombre, ha adquirido nuestra naturaleza hasta el punto de hacerse necesitar de nuestro consuelo, de nuestra compañía. Una mirada sencilla y confiada basta para percibir Su sonrisa. ¿Has probado?...
(c) foto Manolo.dj
PRÓXIMA PUBLICACIÓN DEL DIARIO: 11 de mayo de 2021.
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