Gabriela, por fin, ha podido acceder a su vivienda en Nantes, después que fuese ocupada por oficiales alemanes durante varios meses. Entre las costumbres de antaño, está la ofrenda que ella hizo a Jesús tiempo atrás de dormir siempre en el suelo, poniendo sus muchas intenciones en ello…
*** DIARIO ***
Punto 1000. 11 de octubre. Yo estaba durmiendo en una cama, y como no había limpiado el parquet que habían ensuciado los alemanes, me resistía a dormir de nuevo en el suelo. Me dijo: ''¿Piensas que Yo no tuve que hacer esfuerzo ninguno para morir en la Cruz?"
Punto 1001. 11 de octubre. Hora Santa. Yo: “Dime, Señor, ¿puedo pedirte que todos me quieran? ¡Sería con ello tan feliz.!” Él: "No solamente puedes pedírmelo, sino que conviene que ofrezcas con esta intención todas tus obras. Pues, aunque te parezca raro, hay ciertas Gracias que no puedo conceder sino cuando Me las piden. Este tipo de Gracias implican un trabajo entre dos: el hombre y Yo. A cada uno le toca su parte, ya sabes que Yo nunca Me impongo. En consecuencia, es indispensable que Me invitéis, que Me dejéis obrar en vosotros. Con esto se prolonga todavía Mi Vida sobre la Tierra, y por ello te digo algunas veces: ‘prolóngame’.
Tu vida, Yo te la di. Dámela pues en todos tus actos. Es algo grande 'hacer vivir a Dios'. Y es, además, ¡tan simple! Imagínate por un instante a todos los que actualmente viven sobre la Tierra, ¡Qué maravilloso espectáculo sería para el Cielo si todos Me dejaran vivir en ellos! Porque todos vosotros sois un espectáculo para los ángeles y los santos." (Como sonriendo): ''Como ves, todavía estás pisando el escenario. Si pensárais en esto, os aplicaríais con mayor intensidad a hacer bien las cosas. Y si pensarais que no quito un solo instante la Mirada de vosotros, esto os haría poner un poco más de atención. Quizás Me amaríais un poquito más...
"No descuidéis, hijitos, nada que pueda aumentar vuestro amor; porque sólo allí está vuestra felicidad. Apenas veáis una verdad u os roce un pensamiento, conservadlo en vuestro corazón durante todo el día, y miradlo como Me miraríais a Mí mismo en un espejo.
Llamadme con frecuencia. Un padre de la Tierra es siempre feliz cuando lo llama su hijito. A veces no le responde rápido, pero es para que el niño lo llame de nuevo. Ya recordarás Mi aparente rechazo a la mujer cananea: Lo hice porque quería llevarla a la hermosa y humilde respuesta que Me dió. Asimismo, cuando parece que no os oigo, llamadme seguido, y Me daréis un inmenso gozo: tengo siempre urgencia de vosotros, especialmente de los más pequeños, de los más pobres. ¡Cuántos han entrado ya en Mi Corazón de entre los más miserables! ¡Oh, felices desgraciados!"
*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
El difícil trabajo de ascesis cristiana, la santificación personal, es siempre un trabajo “entre dos”…
Imagen tomada de Pixabay.
PRÓXIMA PUBLICACIÓN DEL DIARIO: 12 de octubre de 2021.
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