Mes de mayo. Mes de María, mes de comuniones. A lo largo de estos días miles de pequeñas almas reciben a Cristo por primera vez. Esto que solemos tomar como un hábito más, a los ángeles les sorprende, pues ellos sí perciben la realidad sobrenatural, y se maravillan de la humildad de un Dios que se deja “comer” por sus criaturas, para sí permanecer en unión con ellos. Este momento cumbre de la vida del cristiano supone para Jesús un regocijo mucho mayor de lo que podamos imaginar. Tal vez por eso se muestre tan efusivo con Gabriela después de su comunión.
(c) foto manolo,dj
*** DIARIO ***
Punto 1104. 25 de mayo. "Al instituir la Eucaristía, vi Yo todas las comuniones del Mundo. Vi las tuyas, las de ayer, la de hoy. Aplícate a recibirlas con amor y a agradecérmelas con amor. Puesto que Yo Me doy todo entero, date tú también toda entera, sin la menor idea de reservarte nada."
Punto 1105. 25 de mayo. Después de las Vísperas. "Si Yo quisiera tenerte una hora a Mis Pies, sin decirte nada, sino solamente viéndote mirarme, tendrías que conservar la misma serenidad de ánimo. Eres Mía y Yo puedo hacer contigo lo que Yo quiera sin que pierdas tu sonrisa interior. Ten el valor de amar de este modo. No quieras sino lo que Yo quiero, pues todas Mis Voluntades son voluntades de Amor. Y si alguna vez esto te parece penoso, piensa que más tarde Mi Corazón te compensará. Piensa en el Cielo con mayor frecuencia, ya que el Cielo es tu Morada de mañana, en donde muchos te aguardan y en donde vas a aumentar Mi Gloria accidental. No es orgullo ninguno pensar en ir al Cielo; es vuestro deber ir allá y no descuidar medio alguno para ello; es el vivo deseo de Mi Cariño.
De noche, cuando te despiertas, Me ofreces instintivamente el trance de tu muerte. Yo la conozco bien, tal y como te va a venir. Con todo Mi Amor te la escogí, como a cada uno de Mis Apóstoles le escogí la suya. No temas, pues, abrazar por anticipado esta última cruz de la Tierra, la muerte, en unión con Mi Cruz. Haz de tu muerte, anticipadamente, un acto de amor perfecto, dichosa de dejar tu cuerpo para caer en Mis Brazos. Porque el más hermoso día de la vida es el día de la muerte; dejar esta Tierra para unirse al Esposo; dejarlo todo, alegremente y sin nostalgia, para probarle así el amor. Recuerda lo que dijo aquel soldado en plena guerra: ’¡pensar que de un momento a otro puedo ver a Dios!'.
Desea vivamente esa visión de Dios como lo más espléndido que te pueda suceder, y subordina todas tus acciones al interés del supremo instante de tu partida. ¿No es cierto que cuando te ponías en camino para ir a otro continente te sentías como si fueras otra persona? Cree firmemente que en ese gran momento de la partida final, tendrás todas las Gracias necesarias que ahora te son incomprensibles. Yo no abandono a los Míos, Mi querida pequeña. Y por anticipado, ofréceme tu impaciencia por encontrarme: ¡con qué gozo escucharé tu grito!"
Punto 1106. 25 de mayo de 1941. Después de la comunión. "Despójate de ti misma y abandónate: no tienes nada y no eres nada. Cuando siembras una semilla, ¿eres tú la que hace crecer el árbol? ¿Sus flores, sus frutos y los centenares de otros árboles que de él se producen? Soy Yo. ¿Y tu cuerpo? Viene de Mí. Lo mismo que tu espíritu y tu corazón. Mírate desnuda en la nada. Esa desnudez de gusano, únela a Mi Desnudez al pie de la Cruz llena de Mérito. Ofrécete de esta manera al Padre, en una extrema pobreza, pero confiada en la extrema Riqueza de tu Salvador; y el Padre Se reconocerá en ti y Su Amor te envolverá."
*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
De Dios solemos tomar lo que nos gusta y criticar lo que nos incomoda. En la palabras de hoy, por ejemplo nos conforta la seguridad de que Su Gracia nos acompañará en la última hora, especialmente si confiamos en Él; también nos alegra la esperanzadora perspectiva que Jesús nos ofrece sobre cómo es el Cielo y el reencuentro que tendremos allí con muchos de los nuestros (esperemos que con toda nuestra gente querida). Sin embargo, cuando en su llamada a la humildad nos trasmite la realidad de que no somos nada, y que todo lo que tenemos de bueno procede de Él, nos molestan expresiones como “desnudez de gusano“. Y mira por donde en las profecías sobre la Pasión de Cristo, el Espíritu Santo trasmitió a David, en el salmo 22, el mismo término referido a Jesús:
Pero yo soy un gusano, no un hombre, vergüenza de la gente, desprecio del pueblo; al verme, se burlan de mí, hacen visajes, menean la cabeza”.
Imagen tomada de Pixabay
PRÓXIMA PUBLICACIÓN DEL DIARIO: 27 de mayo de 2022.
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