*** DIARIO ***
Punto 1303. 25 de febrero. En la iglesia de Fresne. Yo había estado a punto de hablar de una manera ridícula. Me dijo: "Ya ves la diferencia entre un movimiento de la naturaleza y un movimiento de la Gracia, que modifica la naturaleza. Implora la Gracia. Aprende a retener tu precipitación instintiva. Este será el signo de tu sumisión amorosa, como una niña pequeña que antes de hacer algo mira a su madre para ver si lo aprueba. Y será también una prueba de que Me amas más que a ti misma.
Multiplica estas pruebas y te será muy dulce; tu ternura se ingeniará para encontrarlas, y tu vida toda quedará robustecida. Y llegarás al punto de que, lo que mucho te cuesta, ya no te costará, por la alegría de ofrecérmelo. Que no venga a menos el Impulso de tu amor. La hoguera más grande que tú encendieras acabaría por extinguirse si, distraída tú con otras cosas, no te acordaras de alimentarla. Echa con frecuencia combustible a tu amor: sacrificios, admiraciones gozosas, miradas contemplativas, suspiros por Mí, lamentación por el pasado, deseos ardientes de Mi Reino… y llámame con frecuencia, porque no pido sino venir a ti.
Pero Yo Soy como un pobre que suspira, como un tímido lleno de delicadeza, Me quedo siempre ante la puerta. ¿Estarán pensando en Mí las personas que hay dentro? ¿Piensan en Mí esos corazones que Yo he salvado? Muchos Me dejan a la puerta sin invitarme a entrar, por largos años. Pero si una voz humilde Me dice: 'Señor, quédate conmigo', créeme que entro en esa alma con todos los auxilios que necesita, y con deseos de darle las gracias por haberme permitido que la ayude.
Debéis aprender a contar conmigo y no apoyaros en vosotros mismos. Si Pedro Me negó tres veces fue porque presumió de sí mismo. Pídeme siempre auxilio, pequeña Mía, pues ya sabes bien que tú eres nada y Yo Soy el Todo. ¿Cuándo llegarás a tener en tu Dios una confianza realmente absoluta? ¿Eres ya capaz de cerrar los ojos cuando Me das la mano? ¿Me has entregado ya el timón de tu vida? ¿Te da miedo todavía que Yo esté contigo? Pero siempre lo estoy, y con una Presencia de Amor. ¿Entonces…?"
*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
Dios siempre habla. A veces, con pocas palabras, apenas un susurro, una idea que aparece en nosotros apenas entramos en oración. En otras ocasiones, como en esta conversación, las palabras son extensas, pues busca conmovernos, que aprendamos más de Él, que nos conduzcamos cada vez con mayor seguridad en el lento avance en Su confianza, pues nos cuesta dejar nuestra vida en sus manos. Y eso a pesar de que no para de demostrarnos Su Amor por nosotros, una y otra vez. ¿Podemos realmente tener quejas…?
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