*** DIARIO ***
Punto 412. 28 de marzo. En el tren de Combourg a Nantes trataba yo, con la ayuda de la Santísima Virgen, de curar amorosamente las heridas de Su Frente. Me dijo: "Es una buena obra que haces conmigo." Y luego, refiriéndose a la influencia que puedo tener sobre los demás, añadió: "Comienza a sembrar; Yo haré el resto. Pero, comienza..."
*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
Los frutos son para Dios, no para nosotros. No siempre se recibe la gracia de ser testigo de la fuerza que pueda ejercer la Palabra de Dios en los demás, pero eso no debe importarnos. Lo nuestro es sembrar, salir a las calles y transmitir felicidad y paz. Cierto que para ello también debemos avanzar en nuestra conversión personal, y nuestro propio carácter y las dificultades que se cruzan en el camino pueden ser obstáculo.
Por ello, aprovechemos los buenos momentos, y cuando nos vengamos abajo, pidámosle ayuda para volver al levantarnos...
Imagen tomada de Pixabay.
PRÓXIMA PUBLICACIÓN DEL DIARIO: 29 de marzo de 2019.
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