1942. Abril (suponemos día 21).

     Gabriela está en el pequeño Montreal al sur de Francia. De nuevo, su visita ante el sagrario de una capilla despliega una cálida Palabra por parte de Cristo…

*** DIARIO ***

     Punto 1233. Iglesia de Montrèal. Visita al Santísimo. "Unirse. Comprende que toda la vida está en ello. ¿No te es bien dulce que Yo sea la vida de tu alma? Vosotros rara vez percibís Mi Acción, pero tú, cree en Ella firmemente. Ofrécete continuamente a la Unión y Mi Actividad en ti será más grande. Y esto no siempre lo sentirás, pero busca la unión conmigo en el amor. Aun cuando tu manera de orar fuera únicamente esa, tu vida no sería simplemente ordinaria, sino toda sobrenatural, y sólo el Padre conocería su verdadero valor.

     Honra Mi Delicadeza con la delicadeza de tus pensamientos y tus expresiones; compórtate conmigo como si Yo fuera tímido; da siempre tú el primer paso. Ensaya. ¡Cuántas veces Yo os espero y vosotros no venís! Recuerda cómo sufrías cuando tenías preparadas las cosas para recibir a una persona de tu particular afecto y ella te decía: 'se me olvidó'. Y, ¿qué son los amores de la Tierra en comparación con Mi Amor? Sí. Pídeme mil perdones por las citas a las que no acudiste y Mi Misericordia las olvidará.

     Siempre estoy dispuesto a perdonar y apretaros contra Mi Corazón para que de Él saquéis fuerza. Únete a Mí aun en las acciones más ordinarias. En todo momento eres Mi hija pequeñita. Este día, esta semana, este mes, están llenos de Mi Amor igual que todos los otros meses y años. Yo te amo cuando tú no piensas en eso, y te preparo Gracias que tú no piensas en pedirme; pero ten un gesto hacia Mí y te lo daré todo. Hija Mía, tan pequeña y tan querida."

*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***

     A estas alturas del diario nada resulta novedoso, pero el matiz, las circunstancias, o la forma en que cada lector acoge estas palabras, siempre supone un sesgo personalizado, una mirada de Él a cada uno de nosotros. Y de nuevo, nos pide perseverancia, que demos el primer paso, que lo busquemos, que lo dejemos actuar, que no nos cansemos, que volvamos a llevarle una y otra vez nuestras caídas, que lo tengamos presente en todo, en lo pequeño y en lo grande…

Imagen tomada de Pixabay.