*** DIARIO ***
Punto 304. 7 de octubre. "Mis Méritos son suficientemente grandes para tu pecador. Pide su conversión en nombre de Mis Méritos."
Y luego, viendo la desproporción entre mis buenos deseos y mis lagunas, me dijo con suavidad: "¡Pobre hijita Mía! Llama, llama siempre al Espíritu de Santidad."
*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
Quien salva es Dios, no nosotros. Es lógico que al interceder por alguien caigamos en la cuenta de que nuestro buen deseo se ve entorpecido por nuestras faltas, pero esto no debe agobiarnos. Nuestra motivación debe basarse en dos cosas:
1: Dios quiere que intercedamos por los demás y esta oración de intercesión es poderosa, especialmente cuando pedimos la conversión de alguien en nombre de los méritos de Jesús.
2: Dios es quien salva; si nuestra salvación o la de los demás dependiese de nuestra santidad, apañados íbamos.... no obstante, al ser conscientes de nuestras limitaciones, debemos procurar avanzar en nuestro camino de santificación personal.
Imagen tomada de Pixabay.
PRÓXIMA PUBLICACIÓN DEL DIARIO: 8 de octubre de 2018.
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