domingo, 19 de septiembre de 2021

1940. 19 de septiembre.

     Hora Santa. Un rato en Presencia de Jesús. Nosotros sentados o arrodillados, Él expuesto en la Sagrada Forma o dentro del sagrario. Se suceden las conversaciones, el intercambio de miradas, las confidencias… y todo ello al alcance de todos, en cualquier capilla, en la iglesia de cualquier barrio…


*** DIARIO ***

     Punto 983. 19 de septiembre, Hora Santa. En la iglesia tenía yo inquietud por el ruido que estaba haciendo el que componía el armonio. Me preguntaba yo si Jesús me hablaría. "No hay nada ni nadie que Me pueda impedir hablarle a un alma cuando Yo le quiero hablar. Mi Palabra es un lenguaje profundo, de corazón a corazón. Muchas veces, en medio de la multitud, Me has oído hablarte con una voz tan bajita que sólo el amor puede captarla.
     Y a Mí, ¡cómo Me gusta ser cautivo vuestro! Róbame. Mientras más Me robéis, más tesoros tendré que se Me puedan robar. ¿Acaso no lo hemos puesto todo en común como en una familia muy cordial? Podéis creer que Mi Opulencia nunca decrece. ¡Tomad a manos llenas, con todo el corazón; y no solamente para vosotros, sino para todos! Que no se os olvide nadie, pues Mi Riqueza será entonces todavía más grande.
     Ya te he dicho que es tan poca cosa lo que os impide verme… Creed pues en Mi Presencia invisible y llena de afecto y de Amor incomparable. Una Presencia. ¡Eso es algo tan grande! Tú haz todo cuanto tengas que hacer: el trabajo, la oración, los pensamientos, las charlas con la gente, como si Yo estuviera ahí. Y Yo estaré ahí. ¿No te parece que esto es infinitamente bueno? 
    Cuando te despiertas, ahí estoy; cuando duermes, ..ahí estoy. Bien puedes decir que nunca te dejo sola. Esta es la razón de que haya en la soledad algo divino.
     ¿Recuerdas las vacilaciones que tuviste, cuando murió tu fiel sirvienta, sobre si tomabas otra o no? Yo te invité entonces a quedarte sola, cuando te pregunté si Me amabas hasta ese extremo. ¿Verdad que no has tenido de qué arrepentirte?
     Tú y Yo hemos atravesado juntos los años, las tardes solitarias. Tú has tratado de acercarte más a Dios y Yo te he ayudado, pues tú podías unir tus soledades a las Mías. ¿Conoces el desierto, los cuarenta días, las noches en que Yo Me escapaba de los Míos para orar ante Mi Padre? Y en medio de las multitudes, la gran soledad de la incomprensión, de la hostilidad, del odio, de la amistad rechazada. Y todo eso, por vosotros, por ti.
     Más tarde vino la soledad del Huerto de los Olivos, la soledad de los templos en que se guarda Mi Eucaristía, la soledad en que Me dejan los fieles que Me olvidan inmediatamente después de comulgar.. .
     Deseo que venga a consolarme el pensamiento cálido y fiel de Mis amigos. Yo, en cambio, los consolaré cuando se duerman para el tránsito a la otra vida. Extraña cosa, ¿no es verdad? ¡Que una simple creatura pueda consolar a su Dios! Y sin embargo, es así. Mi Amor invierte los papeles, proveyéndoos como de un medio nuevo, como una especie de protección que Me podéis prestar; tanta así es la necesidad que Yo tengo de recibir todas vuestras maneras de amar, todas las formas que puede tomar vuestra ternura. Vosotros no podéis concebir los ardores del fuego en que Me quemo. Perdóname que hable tanto de Mí el día de hoy y compréndelo: necesito desahogar Mi Corazón, para que se sepa; para que se conozca un poco a este Amigo desconocido que está tan cerca, tan cerca de vosotros. ¡Mis pobres pequeños!..."

     Punto 984. 19 de septiembre, en mi aposento. "Sé una hostia que cante."


*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***

      Dicen que las personas se convierten cuando tienen una experiencia directa con la Persona de Cristo, cuando se encuentran con Él. Este es desde luego un texto apto para admitir esa realidad, esa Presencia que puede cambiar toda una vida. Invito a releer los puntos de hoy.


(c) foto manolo.dj

PRÓXIMA PUBLICACIÓN DEL DIARIO: 20 de septiembre de 2021.


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