*** DIARIO ***
Punto 1292. 21 de enero de 1943. En la iglesia. "¿Vives tú realmente para Mí? ¿Estoy Yo realmente en el principio y en el fin de todos tus pensamientos? ¿O haces algunas reservas de interés personal? ¡Hija! ¿Qué interés más grande podrías tú tener que el de vivir toda para Mí? Dámelo todo y lo encontrarás todo, y aún más. Yo no guardé nunca nada para Mí mismo, y la esposa debe imitar a su Esposo uniendo su pobre amor al riquísimo Amor de Él. Envuélvete en Mí y aprieta en toda ocasión los lazos que nos unen. Yo nunca te dejo, pero... ¿tú?
¿Estás tan cerca como es posible de tu único Amigo? En un canto, es preciso que todas las voces suenen en armonía y si tú así lo quieres, tu vida entera será un cántico. Es fácil, ya que Yo Soy el Ideal. ¿Quién podría constreñirte a permanecer en la materialidad de la Tierra? Puedes escaparte si quieres. O, ¿no puedes acaso escoger entre tus pensamientos aquellos que entrañan un anhelo, un transporte hacia Aquél que murió por ti con una Muerte atroz?
No vivas sino para Mí. Y cuando tengas que morir, muere gozosa, ya que será por Mí, para agradecerme Mi Muerte y ayudar al advenimiento de Mi Reino. Vosotros no tenéis idea de todo lo que podéis alcanzar cuando os unís a Mí. No temáis ni siquiera a la muerte, ¡sobre todo a la muerte! porque es el momento de la última confianza, la reparación general de toda la vida; es la puerta que se abre, y Yo estoy detrás. Que este pensamiento haga nacer en ti la impaciencia de verme. ¡Cómo Me será de grato! ¡Soy tan sensible a los movimientos de vuestro corazón! Es preciso creer en el Amor. ¿Te he engañado alguna vez? ¿No Me has encontrado tú siempre más Grande? Y Me conoces tan poco... ¡Como será la visión cara a Cara! Búscame; en el Evangelio, en la Naturaleza. Si te Me escondo, búscame más todavía: bien sabes que todo esto acabará con un Encuentro. . . ¡Hijos Míos queridos!”
*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
Gabriela estaba consagrada a Cristo. Había hecho votos y pertenecía a la Orden Terciaria Carmelita, por lo que aun siendo laica y viviendo en medio del mundo, su compromiso con la evangelización y ascesis personal formaba parte de su ideario, al igual que las personas consagradas y que ofrecen su vida en comunidades de clausura. De ahí el carácter esponsal de su vocación, por lo que no debe extrañarnos la referencia que le hace el Señor a su unión tan particular como esposa. De hecho, los miembros de la Iglesia, por medio del bautismo, tenemos con Dios de alguna manera una relación semejante, pues la Iglesia es la esposa de Cristo.
La conversación de hoy, como vemos, algunas veces se dirige directamente a nosotros los lectores del diario, aunque la primera referencia sea a la misma Gabriela. ¿Y qué nos pide Dios? Que lo tengamos en el primer lugar y que confiemos. Así no le temeremos ni siquiera a la muerte…
No hay comentarios:
Publicar un comentario