Han pasado muchos días sin anotaciones en el diario de Gabriela. Estos meses convulsos trajeron muchas calamidades arrastradas del conflicto mundial. En Francia se estaba llevando a cabo la deportación de los judíos residentes, enviados a campos de exterminio, aunque en este año los aliados atacarán las fuerzas invasoras de Italia y Alemania en la zona norte de África, asestando uno de los primeros golpes al Eje del Mal.
Mientras, un día como hoy Gabriela recuerda su primera comunión, y rápidamente Cristo entra al diálogo…
*** DIARIO ***
Punto 1322. 10 de junio, aniversario de mi Primera Comunión. "¡Cuántas otras has hecho después! ¿Puedes contar las veces que te Me he dado todo entero? ¿Puedes imaginar el Amor que Yo he puesto en esas comuniones? Necesitáis conocer lo que es la Naturaleza Divina.
Dame las gracias seguido; lo cual significa que piensas en Mí. Y, ¿cómo podrías pensar en Mí sin hablarme? Si Me hablas, te haces a ti misma un bien, pues tengo una respuesta siempre adecuada. Una respuesta de tu Dios vale bien el esfuerzo de hablarle según la máxima medida de tu amor. Búscala, empléala; no tengas vergüenza de amarme ni de decírmelo. Soy Yo Quien te dará el impulso necesario. Yo Soy el Director de la Orquesta: tomo las sonoridades de tu alma con sus dulzuras y violencias, y las hago subir hacia Mi Padre mezclando con ellas Mi propia Voz.
Y en el momento de la muerte Yo seré tu canto del cisne, pues entonces te faltarán las fuerzas, no tendrás ya contactos con la Tierra y todavía ninguna vista sobre el Más Allá. Tendrás entonces el abandono del Gólgota y te unirás así mejor que nunca a Mi Corazón abandonado; estaremos así juntos para dar el paso."
Punto 1323. 10 de junio. "Ríndeme cuentas sobre tu amabilidad. Quiero que no tengas cada día que presentarme sino palabras de exquisita caridad y amabilidad. Que se acabe de una vez por todas tu espíritu burlón, que no es como el Mío. ¿Cuándo has leído en el Evangelio una palabra amarga en Mis Labios? Considera el bien que puedes hacer nada más que con el encanto de la conversación y con una bondad paciente. Hija Mía, aseméjate a Mí. Seamos Uno tú y Yo. ¿Quieres? Pídeme que Yo aprisione para siempre tu corazón en el Mío; porque si vives prisionera en Él, ¿cómo podrías no ser amable? ¿Más amable que otros? Permanece en Mí, que te llamo sin cesar. Pídeme lo que Me tengas que pedir; no encontrarás a nadie que pueda servirte mejor que Yo."
*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
Hoy me fijo especialmente en cómo se anticipa Jesús al momento del encuentro, cuando la muerte nos abra las puertas de la Eternidad, pues conviene que de todas estas lecturas extrapolemos aquello que nos afecta a todos y cada uno, de forma individual. Será un momento de unión, en este caso con Cristo abandonado, y será nuestra fe quien nos guíe en esos momentos definitivos. Entonces será Él quien aparezca, pero para preparar el camino, será nuestra Madre quien nos esté acompañando con su oracíón (“ruega por nosotros… ahora y en la hora de nuestra muerte…).
No hay comentarios:
Publicar un comentario