*** DIARIO ***
Punto 406. 17 de marzo de 1938. Después de la comunión. Yo estaba en espíritu al pie de la Cruz. Me dijo: "Como ves, no puedo caminar ya sobre la Tierra con Mis Pies, que en una ocasión caminaron sobre las aguas. He cumplido vuestros deseos y dejo que Mis Venas se vacíen de toda Su Sangre. Porque puse toda Mi Voluntad en sufrir."
*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
Era el momento clave. Jesús se asomaba con pavor y sudor frío a su Pasión redentora. Solo Él, desprovisto de pecado y revestido de Su Divinidad unida ahora a Su Humanidad, podía satisfacer nuestra culpa y expiarla ante la Justicia del Padre. El Padre, el Padre Nuestro, vertiendo Su Misericordia sobre todo el género humano, aguarda la Entrega amorosa de Su Hijo y envía a sus ángeles para que le den consuelo en el amargo trance del Huerto de los olivos. Allí, con un peso sobrehumano que aplasta a Jesús, su voluntad busca escapar de tanto dolor, pero finalmente se abandona a laVoluntad del Padre en ese plan de salvación que requería pasar por la Cruz. Y así, con lágrimas amargas y sudor de sangre, puso toda Su Voluntad al servicio del Amor...
Imagen tomada de Pixabay
PRÓXIMA PUBLICACIÓN DEL DIARIO: 18 de marzo de 2019.
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