*** DIARIO ***
Punto 757. 23 de agosto. Nantes, después de la comunión. "En este día vive en ofrecimiento de consuelos por el beso pérfido de Judas, que tanto dolor Me causó; a Mí, que Soy la Delicadeza. Yo estaba roto ya por Mi Agonía cuando vino a herirme ese otro dolor indecible. ¿Comprendes? Él era un amigo, un elegido; un testigo de Mis Expansiones íntimas. Por eso fue el golpe tan doloroso.
Si tú te propusieras así, para cada día, una finalidad en la reparación, tu vida espiritual se haría más ardiente...
¿Quieres ensayar?"
*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
Consuelo, reparación... Hablé de este tema poniéndolo en relación con la agonía que sufrió Jesús en el trance del Huerto de los Olivos (ver aquí), momento que también nos recuerda en sus palabras de hoy.
Sin duda, tener presente esa posibilidad real en nuestro día a día supondría un aliciente tremendo para perseverar en nuestro camino de mejora, pues Dios quiere que no nos estanquemos y progresemos en nuestro itinerario de santidad.
Me llama también la atención la forma en la que invita a Gabriela a tomar parte en esta tarea reparadora, utilizando el símil de la actividad teatral (“¿quieres ensayar?”, le dice). Si se dirigiese a un doctor le diría “¿quieres practicar?”, y si fuese a un deportista emplearía un “¿quieres ir entrenando?”... Y es que, frecuentemente, lo que Dios pide no es que abandonemos nuestra forma de vida actual, sino que integremos en ella esta relación íntima con Él.
PRÓXIMA PUBLICACIÓN DEL DIARIO: 24 de agosto de 2020.
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