Nuestra protagonista Gabriela recibió muchos dones, y uno de ellos ha sido puesto muchas veces de manifiesto en este diario. Al igual que muchos de los íntimos de Cristo, uno de los sentidos de plenitud de su vida fue servir de consuelo al Corazón dolorido de Cristo. Sí, esto sigue ocurriendo hoy, a todas horas, pues Dios sigue en medio del mundo y el desprecio a Su Palabra, además de generar tantos males, hiere los sentimientos del mismo Jesús. En el diálogo de este punto del diario vuelve a hablarse de esto.
*** DIARIO ***
Punto 1395. 12 de octubre. Hora Santa. "Consuela. ¿No fui Yo el Consolador? Imita a tu Esposo: que no pase cerca de ti ninguna pena que tú no alivies. Y a los que no se te pueden acercar, consuélalos por la oración. Ya te he dicho que donde tú no puedes estar, tu oración llega y está. Y además, puedes estar segura de que consolando a los otros, eso lo haces conmigo. Oh, Mi pequeña hija, qué dulzura de Gloria daré a Mis consoladores...
Se consuela amando. ¡Siempre te hablo de Amor! Pero, ¿cómo podría hablar de otra cosa, Yo, el Amor? Conviértete en Amor por la unión. Habitúate a ello. Es sencillo, casi natural. Porque es preciso que Mis almas consagradas contrapesen los sentimientos de odio, de envidia, que corrompen al Mundo y tanto Me hicieron sufrir. ¿No pedí Yo siempre la Caridad, la ayuda mutua? ¿La humilde dulzura de corazón que calienta la acogida? Y si no te sale bien, toma Mi propia Voz para dar encanto a tu acogida. Toma Mi Mano al tender la tuya y, piensa: 'Así lo haría El, así hablaría, así sonreiría.' ¿No estamos tú y Yo el Uno en el otro?
Quiero que tengas gusto en obrar a través de Mí, así como Yo obro por medio tuyo. Querida hija, te pido este esfuerzo de Fe. Usa la Fe mientras es tiempo, porque en el Cielo ya no La necesitarás. Entonces, haz méritos. Merece para ti y también para los otros, como si merecieras para Mí; y con esto, una vez más, Me darás consolación. ¡Ah! ¡Si tú pudieras ver la Mirada con que miro a Mi pequeña consoladora! Piensa en Mi Alegría y eso te ayudará.
Que tu mayor gusto esté en darme gusto como si cada vez Me preparases una sorpresa de amor, en secreto, con el corazón palpitando. Yo Soy Quien lo hace latir, ¿no tengo derecho a una ternura nueva?”
*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
Consolar a Dios; directamente y a también con el consuelo a nuestro prójimo, donde siempre está Él…
Imagen tomada de Pixabay.
PRÓXIMA PUBLICACIÓN DEL DIARIO: 24 de octubre de 2025.
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