Gabriela seguía en alta mar, viajando hacia Canadá, posiblemente a bordo del L'Ille de France. Cualquier ocasión o circunstancia podía ser aprovechada para dirigirse a Cristo, el cual, en muchas ocasiones, se manifestaba de forma especial respondiendo a sus preguntas... Seguimos con el diario, el mismo día:
DIARIO ***
Punto 2. 23 de agosto. Se arregló el piano en forma de altar. Yo pensaba en las gaviotas, en los
aviones que aterrizan en algunos barcos. Él me dijo: "Por esta vez, el que viene es Cristo".
REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
Son tan frecuentes nuestras distracciones que rara vez pensamos en que, a Dios, nada se le escapa. Y en esta ocasión, con una buena dosis de humor, Jesús se lo recordó a Gabriela. Continúa el diario con otra nota del mismo día:
DIARIO ***
Punto 3. Yo decía, viendo la agitación del mar: "Señor, Tú sabes que todo esto lo hago por Ti; entonces, ¿para qué Te lo digo?" Él: "Es necesario que Me lo digas, porque a Mi Me gusta oírlo. Dímelo con frecuencia. ¿No es verdad que cuando tú sabes que alguien te quiere te gusta que te lo diga?”
REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
Será frecuente encontrar a lo largo del diario la insistencia de Jesús en una búsqueda permanente de diálogo con Él. Irá animando una y otra vez a Gabriela a permanecer atenta a Él, a no faltar a sus encuentros habituales, a ir tendiendo más y más al diálogo continuado en una forma de vida "a dos". Y, a partir de nuestra lectura del diario, eso mismo espera de nosotros...
© imagen tomada de www.imagenzac.com.mx
PRÓXIMA PUBLICACIÓN DEL DIARIO: 2 de Septiembre de 2017
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