Francia sigue bajo ocupación alemana. La firma del armisticio y el gobierno colaboracionista en la zona de Vichy han permitido disminuir la presión militar, de hecho la casa de Gabriela en Nantes ya no está ocupada por oficiales alemanes; aún así, soldados germanos patrullan por las calles y la población los mira con recelo. Nuestra protagonista llega a una pequeña capilla y encuentra allí a un soldado, un enemigo que seguramente, estaría también buscando consuelo. ¿Quién conoce sus circunstancias?…
Imagen tomada de Wikipedia.
*** DIARIO ***
Punto 941. En el campo. Sola en la iglesia con un soldado enemigo, trataba de orar por él. "Recuerda que os está mandado amar a vuestros enemigos. Yo morí por todos. ¿Por qué habrías tú de hacer excepciones? Yo quiero tener en Mi Cielo a todas las almas y tú no conoces los secretos de los corazones. Este enemigo tuyo puede necesitar de tus plegarias. Dame, pues, esa plegaria, fraternalmente, por él.
Es precisamente porque vosotros, hijitos Míos, podéis hacer el bien o no hacerlo, ya que sois libres, por lo que Me daréis gran gozo si hacéis el mayor bien posible. Mi Corazón acecha y es feliz cuando vosotros aportáis una victoria. Debéis pensar que esa victoria no es solamente para vuestro propio provecho, sino para el provecho de toda la Iglesia: la Iglesia del Cielo, donde los santos se regocijan; la Iglesia que sufre y que vosotros aliviáis; y finalmente, la Iglesia que combate, a la cual ayudáis. Es como un ruido pequeño que tuviera un gran eco.
Que estos pensamientos aumenten la fuerza de tu resolución. Que te den el valor que Yo tuve durante Mi Agonía. Porque Mi Dolor más grande fue el pensar que Mi Agonía iba a ser inútil para muchos.
Dame almas, tú, Mi pequeña. Y para ello ora conmigo y déjame orar en ti."
*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
A menudo nos gusta ocupar el papel de Dios, nos encanta juzgar lo mal que hace las cosas y solemos plantear el modo en que Él debería solucionar “el mundo”. Lo que casi nunca hacemos es ponernos en Su lugar, es decir, entrar en la interioridad de Su Corazón, entraña de Misericordia en la que, nos guste o no, también están los demás, incluso los que nos caen mal, incluso los que nos hacen el mal…
Y es que este Padre siempre alarga las oportunidades para intentar conseguir un arrepentimiento, una posible salvación, aunque ello suponga permitir un mal que se alarga; de igual manera ha de permitir nuestra libertad, aunque ello suponga el rechazo a Su legado y la extensión de los males a lo largo de la Historia.
Pero seguramente acabaremos sorprendidos de los inimaginables frutos que Dios obtendrá con esa paciencia infinita. Dejémosle hacer las cosas, dejémosle desempeñar Su oficio de Salvador… y hagámosle caso.
Imagen tomada de Pixabay.
PRÓXIMA PUBLICACIÓN DEL DIARIO: 19 de julio de 2021.