*** DIARIO ***
Punto 1352. 27 de enero de 1944. En mi aposento: "Señor, escucho” Él: "¿Te habrías atrevido a pensar en la Muerte de un Dios y en una Muerte como la que Yo tuve? ¿La Muerte de un Dios que muere por Su criatura? Tampoco es posible que concibas jamás la Ternura refinada, preciosa y sin medida de Mi Amor. ¡Hija! Si los santos pudieran hablarte, ¡qué prisa tendrías tú de beber con ellos en los torrentes del Amor divino!
Consagra los últimos días de tu vida a preparar tu entrada al Mundo celestial. ¿Recuerdas tus dieciocho años y tu entrada en el mundo terrestre de la sociedad? ¡Con qué cuidado se preparaba todo! Pero, ¿cuánto valía todo eso en comparación con tu entrada en el Cielo? Concédele, pues, una atención de todos los instantes. Cuida bien de tu presentación, nunca estarás demasiado bella. Pide prestados a todos los que te aman sus mejores diamantes (Mis Méritos y los de Mi Santísima Madre), para cubrir tus harapos. Te formarán para tu entrada como un manto regio, como para que en el Cielo se diga: '¿Quién es ésta que camina del Brazo de su Bien Amado?´
No estés sola: no hay sobre la Tierra quien te esté más cercano que Yo. ¡Gran pensamiento éste de que te estoy Presente! Se suele hablar de la Presencia de Dios. Tú, piensa en la Presencia de tu gran Amigo, del Unico, del incomparable, de la Visión de mañana. La Presencia del Amor eterno en ti, en torno tuyo. Vives como sumergida en Mí, de día y de noche. ¿No te es inmensamente dulce pensar que estás sumergida, no en la indiferencia, sino en el Amor? Abre tu corazón cuan grande es. Engrandece tu Esperanza y muéstrame tu alegría."
Punto 1353. 27 de enero, iglesia de Fresne. Yo: "Señor, aquí estoy, delante de Ti, preparada para escucharte." Él: "Mis Palabras no pueden tomar otra coloración que no sea la del Amor. Parece que repito, pero el Amor es siempre nuevo. Ese Amor de Dios, del cual viviréis por toda la Eternidad. Es imposible que te imagines la Fuerza, la Dulzura, el Encanto y la Penetración de ese Amor, porque no puedes imaginarte, tú finita, al Infinito. En Mi Pasión puedes ver los extremos de ese Amor, cuyos frutos exceden cuanto vosotros pudiérais esperar. ¿Habrías tú sido capaz de pensar en que un Dios muriera por Su criatura y con una Muerte como la Mía?"
*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
Estos diálogos suelen comenzar así. Gabriela simplemente adopta actitud de escucha, y entonces Él despliega Su Palabra. Y hoy, como tantas veces, quiere buscar la manera de hacernos ver lo inmenso del Amor de un Dios que se acerca a Su Criatura, que despliega Su Misericordia pues sólo desea perdonar, que se hace Carne para habitar entre nosotros y desplegar Su Salvación. Y en esa Salvación, no duda en abrazar la Cruz, pese al miedo y el dolor, para ofrecerse al Padre y abrirnos las puertas del Cielo. Por cierto, hablando de cómo fue esa entrega… ¿habéis visto la película de la Pasión de Cristo, la de Mel Gibson?
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