*** DIARIO ***
Punto 1351. 20 de enero de 1944. Iglesia de Fresne. "¿Te fijaste en lo contento que se puso aquel perrito cuando, tú lo acariciabas? ¿Y te escandalizarás si te digo que Mi Alegría es comparable a la suya? El consuelo en la hora de Mi Agonía… Lo comprenderías si supieras a cuánto llega la indiferencia del mundo, casi de todo el mundo; pues son realmente pocos Mis amigos íntimos. Entonces, es como una gran riqueza para Mí cuando alguno de ellos viene a hacerme compañía en esta hora de amargura.
No temas ser demasiado tierna conmigo, ni temas hablarle mucho a tu Bienamado. Quéjate de ti misma y dime: '¿Cuándo me curarás, Amigo mío, de esto y de aquello?' Porque hay en ti tantas cosas que son indignas de Mí... Hazte pequeña pensando en esto, y esconde todas esas fealdades en Mi Corazón, que es para vuestras almas como un Hospital en el que se curan.
¿La consigna para este año? 'Espera en Mí', Yo Soy infinito, Soy el Amor y nunca se Me acaban los recursos para ayudarte. Piérdete pues en Mí. Déjame la dirección de tu vida: como un niñito ciego que saltara contento y seguro llevado de la mano. Eres Mía, ensancha tu corazón en la paz y sé feliz, puesto que eres Mía. Guarda tu mirada para responder a la Mía. Que ninguna ocupación te ocupe realmente por entero, fuera del cuidado por las almas y por el advenimiento de Mi Reino."
Yo: "Señor, ¿cómo podría yo hacer que las almas vinieran todas a Ti como un vuelo de palomas?" Él: "Ora, habla de Mí. No admitas ninguna falsa vergüenza de poner Mi Nombre en tus conversaciones. De Mi Nombre, cuando se pronuncia, llueven las Gracias, y tú ya lo sabes. ¡Qué pocas son las veces en que el Nombre de Dios figura en las conversaciones humanas de todo un día! Y sin embargo, todos se mueven en Mí y Yo los he salvado a todos. ¿No sería lo más natural que todos pensaran en Mí? Pero es de otro modo; entonces, tú, Mi pequeña, repara. Cuando tú eras niña y alguien había lastimado a tu buena Jenny, ¡que bien sabías cómo consolarla! Y Yo Soy más que Jenny.
Qué, ¿no habrá en tu intimidad más escondida un lenguaje desconocido para los otros y reservado a Mí? Lenguaje en el cual las palabras no son necesarias. Simples dulzuras, amores, agradecimientos, impulsos, impaciencias de finalmente encontrarme. Sumisiones, deseos de Mi Gloria, júbilos por Mi Felicidad en el Seno de Mi Padre. Olvídalo todo para no pensar sino en Mí. ¿Cómo podrías agitarte por otra cosa, por otra persona? Yo Soy El que Es. Sé Mía."
*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
La inmensidad de Dios…. Mejor dicho, la infinitud de Dios, se nos presenta una y otra vez en diálogos extensos como este, en el que de cualquier frase podemos obtener una luz especial si somos los suficientes pequeños como para dejarnos sorprender. Por un lado encontramos el lado humano de Cristo, el hombre que en su agonía de tristeza necesita de nuestro consuelo, y así, nos permite ese privilegio de acompañarle y cuidarle en la noche amarga del huerto de los olivos (ver aquí). Y por otro lado, como Dios, nos hable de las Gracias que llueven desde el Cielo hacia nosotros con el simple hecho de pronunciar Su Nombre (acordaos del segundo mandamiento…)
Y qué curioso que, a esta Gabriela ya metida en años, le presente Jesús en este diálogo el recuerdo de infancia de Jenny, su niñera; y todo para finalmente recordarle (y recordarnos a nosotros), que Dios es Dios, el Principio, el Alfa y el Omega, y que todo debe subordinarse a Él. Recordemos que el Padre no solo nos creó, sino que nos sostiene continuamente en la existencia, puesto que Dios es el único que Es, el único que tiene el Ser, por eso dijo “Yo Soy el que Es”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario