*** DIARIO ***
Punto 465. 15 de junio. Cuando yo mortificaba mi cuerpo pensando en la hora de Su Flagelación, me dijo: "Únete. Entra en Mi Sufrimiento, con mucho amor. El amor es lo que importa."
Después de una obra de Caridad, Le dije: "Señor, dame Tu Bondad, pues la mía no es suficiente." Me contestó: "Tómala toda. Porque, hija, puedes creerme si te digo que por ti sola habría Yo venido a la Tierra a sufrir y morir." (Esto lo dijo con inmensa Ternura).
*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
La Iglesia siempre ha sido muy estricta con el asunto de las mortificaciones, a pesar de que se ha utilizado frecuentemente como recurso cinematográfico exagerado en la vida de los santos. De hecho, solo se permite en un grado pequeño si la dirección espiritual es la correcta, y siempre que se constate que dicha práctica moderada es beneficiosa para el alma que la práctica. Normalmente suele concretarse en el ayuno, la abstinencia de algún alimento o prescindir de alguna comodidad. Gabriela, según consta en el diario, algunas veces dormía en el suelo como forma de mortificación.
Y ciertamente, su Pasión redentora fue por todos, pero hubiera sido igual por uno solo...
Imagen tomada de Pixabay.
PRÓXIMA PUBLICACIÓN DEL DIARIO: 16 de junio de 2019.
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