Ya comentamos hace días que Gabriela siguió muy de cerca el congreso eucarístico de Budapest, aunque no pudo asistir, y parecer ser que con frecuencia recordaba ese evento.
*** DIARIO ***
Punto 480. 27 de junio. Iglesia de Fresne. "Manifiesta primero en tu rostro el encanto amable que quieras poner en tus palabras."
Al dejarle, Le decía: "Adiós, mi Jesús de Budapest" (por el Congreso Eucarístico). Desde el Tabernáculo me respondió: "Soy el mismo."
En mi dormitorio: "Si dieras cada día un paso más... y un paso más cerca de Mí...”
Punto 481. 27 de junio. Cinco cuarenta y cinco de la mañana, en la avenida solitaria. "Dime que hoy vas a hacer más que ayer en reparación." Y luego, en un tiempo de descanso: "¿Has trabajado en la Redención? El trabajo en la Redención es la medida de la santidad."
*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
De nuevo, como en tantas ocasiones, la tarea redentora. Él, nuestro Redentor, ha querido hacernos partícipes de esa labor; de hecho, nuestra oración y entrega puede ayudar a quienes tenemos presentes de esta manera, y no solo para acercarlos un poquito más a Dios, sino también pidiendo por sus necesidades materiales. Sin embargo, “a Dios rogando y con el mazo dando”, es decir, nuestro esfuerzo personal y material será la primera forma de ayuda que debamos poner al servicio de los demás (según las posibilidades de cada uno...).
Imagen tomada de Pixabay.
PRÓXIMA PUBLICACIÓN DEL DIARIO: 29 de junio de 2019.
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