El periodista y escritor André Frossard entró por casualidad a buscar a un amigo en una capilla católica. Entró a regañadientes dada su condición de ateo comunista, receloso de una Iglesia católica de la que desconfiaba y a la que despreciaba. No encontró a su amigo, pero bastaron cinco minutos para que saliera de allí absolutamente trastornado y lleno de una inmensa y extraña alegría. Simplemente, se encontró con una Presencia que lo invadía todo y que le abrió la percepción de la aventura sobrenatural que acababa de iniciarse.
Cristo está presente, real y físicamente, en cualquier sagrario en el que se encuentra la Forma eucarística consagrada. Los milagros eucarísticos, muchos de ellos recientemente documentados científicamente, son uno más de los testimonios reales que podemos encontrar al respecto. Pero hay una forma más sencilla y directa de comprobar esta realidad: entrar a cualquier capilla y sentarse un rato a charlar con Él. Así de simple...
*** DIARIO ***
Punto 787. 6 de noviembre, en la ciudad. Yo pasaba delante de una iglesia. Él: "¿Por qué no entras a verme? ¿Y si Yo tuviera algo que decirte? Tú no pasarías delante de la casa de una amiga íntima sin entrar corriendo alegremente. Incluso, te las arreglarías para poner esta visita en tu trayecto. Y sin embargo, esta persona amiga no te esperaría con el mismo deseo que tiene tu Salvador. Entra, esto no te retrasará. Mira cuánto te amo."
*** REFLEXIÓN Y COMENTARIO ***
Qué delicadeza... Le recuerda Su Presencia en esa iglesia, Su necesidad de encontrarse con ella... y le indica que esa visita no le supondrá llegar tarde... así es el Corazón de Cristo, así nos llama a cada uno de nosotros...
PRÓXIMA PUBLICACIÓN DEL DIARIO: 7 de noviembre de 2020.
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